Monocando: Como hacer pesto en casa

Olvidemos por un momento el Coliseo de Roma, las góndolas de Venecia o el puente Viejo de Florencia, quien ha visitado Italia, aunque sea por un solo día, habrá quedado encantado de la comida. Italia es un país maravilloso, con millones de sitios interesantes y llenos de historia, pero donde más se luce es a tavola...en la mesa.

El motivo es que en Italia comer no es parte de la rutina diaria. Aquí es un arte.

Uno de mis platos favoritos es la pasta al pesto (confieso que la primera vez que la vi pensé que era chimichurri!) Si nunca la han probado, les aseguro que el pesto es una salsa exquisita y muy fácil de preparar. Entremos a la cocina pues y pongámonos el delantal!

Ingredientes:

- albahaca
- ajo (opcional)
- aceite de oliva extra virgen
- piñones
- queso parmesano
- sal
- tomatitos cherry (opcional)

Lo primero es la materia prima: la albahaca. Esta es la mía:

Aunque un poco marchita porque no le echamos agua en varios días (no por descuidados, nos fuimos de viaje) sigue igual de olorosa y rica.

En Italia la venden en el supermercado, precisamente en la sección de frutas y verduras (qué chistosos no?) Vale mucho menos que las hojas secas o frescas en envase, así que muchos italianos tienen su planta en el balcón de casa, para que adorne y perfume. .

En América Latina seguro la encuentran en un vivero.

Con su planta en la cocina, no les queda que empezar a cortar las hojas (corten las más grandes para que sigan creciendo las demás), lavarlas con agua y secarlas con delicadeza para no arruinarlas.

Luego en una licuadora metan las hojas ya limpias, el ajo (esto es opcional, si no les gusta pueden no echarlo o usar solo medio gajo), sal y aceite de oliva extra virgen.

Con una paleta de madera revuelvan bien las hojas para licuarlas poco a poco, a intervalos intermitentes. Un truco que puede ayudar es meter un cubito de hielo, para que no se calienten las hojas y se pongan negras.

Cuando estén bien mezcladas y empieze a tener pinta de salsa, agrégenle los piñones y el queso parmesano molido, y más aceite para que ayude a mezclar todo.

Finalmente, en un recipiente conserven ese oro verde que acaban de preparar!

(Parece chimichurri verdad?!)

Ahora falta la pasta! Para esta salsa, yo prefiero gli spaghetti. Les aconsejo poner bastante agua a hervir en una olla grande y solo cuando esté hirviendo agrégenle la sal (de este modo el agua hierve en menos tiempo). No se le debe echar aceite al agua y los spaghetti se deben echar en la olla todos juntos (si preparan pasta corta entonces la pueden echar poco a poco).

Estén atentos al tiempo de cocción ya que la pasta debe ser al dente, es decir, dura pero no cruda. Para no equivocarse, los italianos usualmente la dejan cocer en el agua 1 minutos menos de lo que indica la confección y la prueban constantemente, también para saber como está de sal ya que es una gran ofensa salar la pasta servida.

Mi mamá lo que hacía era agarrar un fideo y lanzarlo a la pared. Si se quedaba pegado era señal que los fideos estaban listos. Mucho años después, cuando vine a Italia por primera vez y se lo comenté a quien hoy es mi marido (un siciliano bello), se mataba de risa y no lo podía creer. Pero así me críe yo: tirando spaghetti a las paredes para comprobar la cocción. Mi mamá es una mujer muy graciosa!

Ojo: la pasta lunga (larga, como gli spaghetti, linguine, bucatini, etc) no se escurre. Asi que de la olla se va directito al plato:

Existe una variación que a mí me gusta mucho: agregarle tomatitos cherry. Yo lo que hago es que los pongo a cocer en un sartén con tapadera. Yo no le agrego aceite (para la dieta!) pues ya el pesto tiene bastante.